martes, 13 de octubre de 2009

MARCO TEORICO

MARCO TEÓRICO:

MENSAJES SUBLIMINALES EN LA MÚSICA:

Un mensaje subliminal es una señal o mensaje diseñado para pasar por debajo (sub) de los límites normales de percepción. Puede ser por ejemplo, inaudible para la mente consciente pero audible para la mente inconsciente o profunda; puede ser también una imagen transmitida de un modo tan breve que pase desapercibida por la mente consciente pero aun así, percibida inconscientemente.

En la vida cotidiana, a menudo se afirma (sin evidencia) que se emplean técnicas subliminales con propósitos publicitarios y de propaganda.

La primera mención registrada sobre la percepción subliminal es la realizada en los escritos de Demócrito (400 a.C.), que sostuvo que "mucho de lo perceptible no es percibido por nosotros". Platón habló de esta noción en su escrito Timeo.

Aristóteles explicó de modo más detallado los umbrales de la conciencia subliminal en su "Perva Naturalia" hace casi dos mil años, y parece ser el primero en sugerir que los estímulos no percibidos de modo consciente bien podrían afectar los sueños. Hace 2.250 años Aristóteles explicó en su teoría del Sueño:

"Si los impulsos que tienen lugar durante el día no son demasiado fuertes y poderosos pasan inadvertidos debido a impulsos altamente despiertos. Pero mientras dormimos tiene lugar lo contrario, entonces los pequeños impulsos parecen grandes. Esto aclara lo que pasa en el sueño. Cuando sólo hay ecos débiles en sus oídos los hombres creen que se trata de algo relampagueante y extraordinario".

Aristóteles anticipó lo que a principios del siglo se conocería como el efecto Poetzle. El filósofo Montaigne se refirió a dicho fenómeno de la percepción subliminal en 1580. En 1968 Leibniz también propuso la noción que dice:

"Existen innumerables percepciones prácticamente inadvertidas, que no son distinguidas lo suficiente como para percibirlas o recordarlas, pero que se vuelven obvias a través de ciertas consecuencias".

Durante la última parte del siglo XIX y principios del XX, Freud investigó nuevos conceptos y teorías sobre el subconsciente y el inconsciente. La teoría del sueño de Freud creó una base sobre la que el doctor O. Poetzle hizo uno de los primeros descubrimientos científicamente importantes sobre la percepción subliminal. Freud dijo que los sueños tienen tres características principales:

• Protegen el dormir al convertir el material potencialmente perturbador en imágenes propias del soñar;

• Representan la realización del deseo;

• Los estímulos del sueño son transformados de manera simbólica antes de surgir en el sueño, sobre todo aquellos estímulos que amenazan al individuo.

Los Mensajes Subliminales, son parte de la historia, ya que son muy utilizados, en algo vital para la humanidad, LA PUBLICIDAD.
Estos como se menciona anteriormente, atentan con nuestro subconsciente o inconsciente. Estos términos son los que hacen parte de nuestra mente, pues en ella posemos una gran parte que es consciente, quien percibe los primeros planos, y los mas detallados, mientras que nuestro subconsciente percibe todo aquello que es ajeno a nuestro consciente, al parecer no es tan malo, pero la función de nuestro subconsciente es el de ordenar a nuestra mente hacer lo que aquel objeto influyente nos exija.
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En el mundo de la música, todos los días surgen nuevas estrellas, algunas con grandes cualidades, otras no tanto, pero no siempre los más capaces y talentosos son los que triunfan. Inesperadamente, cantantes mediocres se cansan de vender sus discos, sus recitales se llenan de multitudes fanatizadas casi religiosamente por escucharlos y su imagen brilla por todas partes en revistas, posters, prendas de vestir y cuanto objeto permita realizar una impresión sobre él. Un día, también inesperadamente, desaparecen o pierden el atractivo y las muchedumbres ya tienen otro dios a quien adorar mientras el ex-ídolo intenta sin éxito reeditar su fama con nuevos temas. La suerte esta echada: el Diablo ha cumplido su parte del pacto y le ha proporcionado a su servidor fama y poder, pero no por mucho tiempo. A cambio, el infeliz deberá ahora esperar temeroso el momento de pagar el injusto precio: su propia alma y la de tantos que se han pervertido gracias a su intervención como mensajero satánico.

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